sábado, 21 de febrero de 2009

Mierda!!

Lo siento, no se me ocurre otro título. Acabo de caer en el pecado femenino más común, según el estudio del Vaticano, la soberbia.

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Hombres/mujeres/pecan/igual/elpepusoc/20090218elpepusoc_4/Tes

En el trabajo hablábamos de la curiosa noticia. ¿Somos realmente las chicas más soberbias, y los chicos más lujuriosos? Yo misma me he sorprendido cayendo rendida a un contador de visitas (la veréis en la columna derecha). No tengo muchos contactos, es más puedo contar con los dedos de las manos a quién le he hablado del blog, pero no podré evitar una punzada de orgullo cada vez que el numerito de marras suba...

Soberbia, lujuria... pecados capitales que me resultan extraños en mi día a día. Los identifico más con un asesino en serie tipo "seven" o con los helados edición limitada del verano. Creo que ése es uno de los grandes males de la Iglesia Católica, tienden a etiquetar a las personas con esterotipos arcaicos y manidos, o palabras casi en desuso.

Y hablando de noticias de religión, "La confesión, un sacramento en crisis". Éste es uno de los titulares del periódico "La Nación" de Argentina. Según este artículo,el 30 por ciento de los practicantes italianos no considera necesario confesarse con un sacerdote. un 10% cree que dificulta su diálogo con Dios.

Sinceramente, no creo que a nadie le interesen mis pecados. Los pecados son tan íntimos como la propia convicción religiosa de la persona. Tan (o tan poco) interesantes como lo que se siente cada vez que se establece una conexión íntima con quien se considera la Trascendencia.

Tan (o tan poco) interesantes como las miserias y grandezas de un ser humano en la sociedad, de una gota en el océano del mundo. Recibirlas merecen algo más que un "ego te absolvo". Porque son esas miserias, esas grandezas, las que nos distinguen a unos de otros. Las que nos confieren un halo único.

7 comentarios:

Silgo dijo...

La confesión de los pecados históricamente ha sido un maravilloso mecanismo de control social. Imagínate, tienes a una red de espías que se enteran de todo lo prohibido que ocurre por boca de los mismos que lo han hecho, o de algún chivato con ansias de redención.


Hoy, leía una frase preciosa de Gandhi:

"Me gusta tu Cristo... No me gustan tus cristianos"

Por cierto, también me gusta mucho tu blog. Espero que tu contador suba como la espuma. ;-)

Anónimo dijo...

O séase, que cada confesor después de cada confesión tecleaba: 1 de soberbia, 2 de lujuría, para que estos datos los recogiera una base de idem.
Como os tienen manía a las mujeres, seguro que tecleaban mal :)

Un abrazo

RAMPY dijo...

En fin, creo que al Vaticano no hay que hacerle mucho caso, porque lleva mucho tiempo fuera de onda.
Un beso y feliz fin de semana
Rampy

Unknown dijo...

Hola...

¡¡¡Ay Paya si arranco a rajar sobre el Vaticano!!!... Si es que con un solo empujoncito... Jo... :-)

Un abrazo.

Luisa Tejada dijo...

Convengo con Silgo. La confesión ha sido un medio de control, por el cual se han ocultado a verdaderos criminales o vilipendiado a inocentes.

No más Inquisición.

¡Un abrazo! y enhorabuena por el blog.

1cualquiera dijo...

He ido al diccionario del RAE a ver qué es soberbia exactamente, y , querida hermana "esto es nuevo para mi" he de decirte que, mientras no te regocijes que tu contador es más alto que el de otros o no menosprecies a otros contadores, el añadir un contador de visitas a tu blog no es soberbia :-) así que no necesitas el perdón.
Por otro lado, el estudio está hecho por un jesuíta, que, en mi modesta opinión, es de lo poco que se salva de la curia en general. No deja de mostrar el estereotipo que todos tenemos en la cabeza. Yo siempre he oído que en un trabajo donde hay muchas chicas, suele haber peleas entre ellas, y que los pisos de estudiantes de chicos son más "sucios, cochinos", mientras que en el de chicas suele haber más rencillas.
Admitir que somos diferentes no significa que admitamos que tenemos derechos y deberes diferentes.
A mí, estos estereotipos hasta me hacen gracia, le permite a uno tomarse la vida con sentido del humor, al reirse de los propios pecados cuando los identifica.

Anónimo dijo...

Y la confesión al psicólogo?
Por cierto ¿ no estamos viendo muchos "espias"?.
Ah... y visitamos tu blog porque es bueno y destina sensibilidad...