jueves, 23 de julio de 2009

El primer amor. En verano

Ostras, no sé si alguna vez has tenido esta sensación de que todo se confabula para que recuerdes un episodio concreto de tu vida. En mi caso, se juntaron varios factores:

- Salió una película llamada "el pagafantas" no hace mucho en el cine.
- Mi madre me preguntó la semana pasada por aquel verano en que me fui contenta y vine tan "rara".
- Hoy hablaba de que la tibieza no es un buen sentimiento.

De pronto, pensé en hace ya (ya) unos 18 años. Era verano. Estaba en el pueblo de mis abuelos.

Estaba ese chico de Madrid. El mediano de tres hermanos. Al igual que yo, empezaba segundo de BUP. Éramos una piña. Hablábamos hasta la madrugada. Ibamos juntos a la piscina. Reíamos sin parar.

De pronto, no podía quitármelo de la cabeza. Dejé de comer, de dormir.

Un día se lo dije.

Y me contestó que era su mejor amiga.


Es lo que menos quieres oir, sobre todo con 15 años.

Pero... quedan las largas noches de verano. La primera borrachera. Las trastadas a nuestros hermanos pequeños. Y un largo etcétera que en noches calurosas, como ésta, te ponen una sonrisa en los labios.

miércoles, 15 de julio de 2009

Los calores del verano

El calor, soportable hasta ahora, es fuente inagotable de conversaciones intrascendentes. No sé de que hablar en el ascensor. Mi jefa me llama a su despacho. Me encuentro por la calle al compañero de la facultad de turno... Gracias, calor, por ser el eterno comodín de turno.

Os pongo una noticia de hace un par de años, pero viene bien recordar en estas fechas.

Y es que el calor, que deprime, que irrita... como mejor se arregla es con unas buenas vacaciones.

http://www.universia.es/portada/actualidad/noticia_actualidad.jsp?noticia=93430

jueves, 2 de julio de 2009

a pesar de los pesares

Hoy vais a tener que leer un rollo psicológico porque necesito ver plasmado un torrente de ideas que se me pasan por la cabeza.

Una vez no hace mucho, recuerdo que me prometí no afectarme por la opinión de otras personas que, además, no se lo merecen demasiado. Lo que pasa es que, como siempre, hablo mucho y actúo poco. O creo que actúo poco.

Soy consciente de que mi vara de medir es rígida sobre todo cuando me mide a mí, y mucho más flexible con los demás. En principio esto podría parecer un gesto de generosidad desinteresada, ya que por defecto la gente hace lo contrario. Falso: No es una virtud. Es un arma peligrosa contra la persona que más se debe amar: uno mismo.

No sé si os habéis sentido así alguna vez....