Esta hiperactividad bloggera se debe, sobre todo, a que comentarios de otras personas me traen recuerdos, y éstos a su vez se van enganchando con otros...total, que de ese batiburrillo monumental intento extraer dos o tres ideas para compartir.
En este caso, viene a colación de la serie ELI STONE y de lo que somos frente a lo que nos hubiera gustado ser. Si bien es cierto que podemos tener miedos en un momento dado para llevar a cabo nuestros sueños y ello nos puede frustar, es también muy cierto que debemos intentar apreciar todo aquello que hemos conseguido, porque la mayoría de las ocasiones no se trata de casualidad, sino de hacer que las circunstancias y personas sean favorables a nuestros propósitos.
Veréis. Tengo una enfermedad denominada insatisfacción crónica que me impide disfrutar de lo que he conseguido a lo largo de la vida. Esa enfermedad, que como tal no encontraréis en ningún libro de medicina, me ha impedido disfrutar las cosas tal y como vienen. Siempre se podía trabajar un poco más. Siempre se podía obtener más reconocimiento. Si no sabía tres idiomas, envidiaba a los que los sabían. Si los aprendía, pensaba que "no era tan difícil" y mis miras se situaban en un nuevo objetivo.
Esta situación, si alguno habéis pasado por ella, desemboca irremediablemente en un vacío emocional, que no se llena con nada, puesto que nada es lo suficientemente bueno para que se llene.
Mi sueño, como decía en mis intereses personales, es estar bien conmigo y los que me rodean. Puede sonar simple, pero es que cada día que pasa creo más firmemente en que es la única forma de llegar a la felicidad.
Y otro sueño inconfesable... Cantar en un coro de Gospel. Pero eso es otra historia...
Oniromancia
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- ¿Por qué te empeñas en querer ser ciego?
- Para desconocer el color del miedo.
Hace 8 años
9 comentarios:
Lo de la insatisfacción crónica le ocurre a todos los mortales, cosa que aprovechan los mercaderes de sueños para llenar sus bolsillos a costa de las cosas que te itentan vender.
Un beso enorme y feliz día
Al hilo de lo que comentas, uno de mis sueños sería sentirme satisfecho con mi grado de insatisfacción.
Un saludo.
Creo que RAMPY acierta en buena parte con su comentario.
No nos enseñan activamente a reconocer que la felicidad está en conocernos, aceptarnos, y saber buscar nuestro lugar.
Más bien sucede lo contrario, nos bombardean para crear ola tras ola de necesidades ficticias, de ansiedades de status y de vacíos de todo tipo imposibles de llenar por completo.
Saludos!
Pues ciertamente... creo comparto esa enfermedad contigo y no sé si también la búsqueda de una solución.
He llegado a tu blog por casualidad y espero poder irte leyendo :).
Bueno, creo que ya lo han dicho anteriormente, que esa es una enfermedad bastante extendida por no decir muy extendida
Buscamos la satisfacción en alcanzar distintos objetivos, que una vez alcanzados nos defraudan y vuelta a empezar.
La solución tal vez estribaría en buscar la satisfacción en nuestro interior, en vez de en el exterior.
Un abrazo
¿y por qué no pruebas a ser, y abandonas ese ansia de hacer o de conseguir? Yo también he padecido ese virus de la insatisfacción crónica, hasta que descubrí que esa loca carrera no tenía fin y que me estaba dejando mi felicidad por el camino... Y aprendí a disfrutar de lo cotidiano, de lo trivial, de lo intrascendente... Y encontré momentos de felicidad, o al menos de paz interior... Pruébalo !!!!!!!!!
Muchas gracias por vuestros comentarios, la verdad es que al final los humanos no somos tan distintos verdad?
Buena semana,
Bueno pues esa enfermedad es bien jodida, y no pienso como Rampy, yo no la tengo.
Ciertamente tengo sueños que desearía alcanzar, pero no me siento insatisfecha con lo que tengo.
Yo sí conozco esa sensación..pero tiene cura.
Ahh, lo de cantar en un coro de gospel, ¿te refieres a uno americano? En Barcelona hay unos cuantos de música moderna, pero ya he estado y no valen mucho la pena (espero que no me oigan sus directores xDD)..no son como los americanos de verdad, ni hay ninguna voz negra y poderosa.
Si algún día encuentras uno chulo, avísame.
Besos
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