jueves, 26 de febrero de 2009

Mare Nostrum

Hoy he aprovechado la hora de comer para dar un paseo por la playa. En la Barceloneta, unos chicos habían puesto un mantel y disfrutaban de un improvisado pic nic sobre la arena.

Desde la oficina veía a la gente disfrutar del ambiente marítimo. La playa en invierno tiene algo especial, como de recogimiento.

Por un momento pensé que era curioso: no he nacido ni me he criado cerca del mar, pero ya he creado un vínculo especial, algo que hace que ese mar sea también un poquito mío.

Los romanos sabían lo que decían.

lunes, 23 de febrero de 2009

Sueños en la vida

Esta hiperactividad bloggera se debe, sobre todo, a que comentarios de otras personas me traen recuerdos, y éstos a su vez se van enganchando con otros...total, que de ese batiburrillo monumental intento extraer dos o tres ideas para compartir.

En este caso, viene a colación de la serie ELI STONE y de lo que somos frente a lo que nos hubiera gustado ser. Si bien es cierto que podemos tener miedos en un momento dado para llevar a cabo nuestros sueños y ello nos puede frustar, es también muy cierto que debemos intentar apreciar todo aquello que hemos conseguido, porque la mayoría de las ocasiones no se trata de casualidad, sino de hacer que las circunstancias y personas sean favorables a nuestros propósitos.

Veréis. Tengo una enfermedad denominada insatisfacción crónica que me impide disfrutar de lo que he conseguido a lo largo de la vida. Esa enfermedad, que como tal no encontraréis en ningún libro de medicina, me ha impedido disfrutar las cosas tal y como vienen. Siempre se podía trabajar un poco más. Siempre se podía obtener más reconocimiento. Si no sabía tres idiomas, envidiaba a los que los sabían. Si los aprendía, pensaba que "no era tan difícil" y mis miras se situaban en un nuevo objetivo.

Esta situación, si alguno habéis pasado por ella, desemboca irremediablemente en un vacío emocional, que no se llena con nada, puesto que nada es lo suficientemente bueno para que se llene.

Mi sueño, como decía en mis intereses personales, es estar bien conmigo y los que me rodean. Puede sonar simple, pero es que cada día que pasa creo más firmemente en que es la única forma de llegar a la felicidad.

Y otro sueño inconfesable... Cantar en un coro de Gospel. Pero eso es otra historia...

sábado, 21 de febrero de 2009

Mierda!!

Lo siento, no se me ocurre otro título. Acabo de caer en el pecado femenino más común, según el estudio del Vaticano, la soberbia.

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Hombres/mujeres/pecan/igual/elpepusoc/20090218elpepusoc_4/Tes

En el trabajo hablábamos de la curiosa noticia. ¿Somos realmente las chicas más soberbias, y los chicos más lujuriosos? Yo misma me he sorprendido cayendo rendida a un contador de visitas (la veréis en la columna derecha). No tengo muchos contactos, es más puedo contar con los dedos de las manos a quién le he hablado del blog, pero no podré evitar una punzada de orgullo cada vez que el numerito de marras suba...

Soberbia, lujuria... pecados capitales que me resultan extraños en mi día a día. Los identifico más con un asesino en serie tipo "seven" o con los helados edición limitada del verano. Creo que ése es uno de los grandes males de la Iglesia Católica, tienden a etiquetar a las personas con esterotipos arcaicos y manidos, o palabras casi en desuso.

Y hablando de noticias de religión, "La confesión, un sacramento en crisis". Éste es uno de los titulares del periódico "La Nación" de Argentina. Según este artículo,el 30 por ciento de los practicantes italianos no considera necesario confesarse con un sacerdote. un 10% cree que dificulta su diálogo con Dios.

Sinceramente, no creo que a nadie le interesen mis pecados. Los pecados son tan íntimos como la propia convicción religiosa de la persona. Tan (o tan poco) interesantes como lo que se siente cada vez que se establece una conexión íntima con quien se considera la Trascendencia.

Tan (o tan poco) interesantes como las miserias y grandezas de un ser humano en la sociedad, de una gota en el océano del mundo. Recibirlas merecen algo más que un "ego te absolvo". Porque son esas miserias, esas grandezas, las que nos distinguen a unos de otros. Las que nos confieren un halo único.

lunes, 16 de febrero de 2009

Sobre la felicidad y la Coca Cola

Cada vez admiro más de las ciencias sociales el hecho de intentar cuantificar, medir y aplicar criterios eminentemente científicos a conceptos tan abstractos como inteligencia, felicidad o satisfacción.

He aquí una noticia acerca de un informe sobre quiénes tienen el privilegio de ser más felices en España:
http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/noticia.asp?pkid=362604

Entiendo en parte por qué los extremeños pueden ostentar tal honor. Extremadura es una tierra de contrastes, con una cultura milenaria, una gastronomía increíble y paisajes preciosos.
Pero lo que más me llama la atención del informe no es dónde se es más feliz, sino qué circunstancias favorecen que lo seas:

- A partir de los 20.000 euros anuales, el dinero no marca diferencias en la felicidad. Aunque es verdad que las personas de clase media y alta es más feliz.
-7 de cada 10 personas se muestra satisfecho con su físico.
- Las chicas son más felices que los chicos.

El estudio lo realiza (ojo al dato) el Instituto Coca cola de la Felicidad.

Lo siento por ellos. Gracias majos por soltar la pasta. Pero me quedo con el vinillo de Extremadura y sus ibéricos, en vista del excelente resultado que dan.

jueves, 12 de febrero de 2009

Por qué lo llaman amor...

... Cuando quieren decir otra cosa. No sé bien qué. Pero amor seguro que no.

Tengo varias amigas rondando los 35. Son profesionales, inteligentes y guapas. Muy simpáticas. Tienen una conversación más que amena.

Cuando se acerca el día V, empiezo a notar cierta inseguridad en sus ademanes, incluso en su tono de voz.

Tienen plan para esa noche, todas tienen por lo general un planazo, mucho mejor que los que tienen pareja. Por descontado.

Han caído en la trampa. No han permanecido indiferentes al gran día del cuánto te quiero, cómo me pones etc.


A modo de curiosidad. El Mediamarket también se ha apuntado a la moda de la afectividad incontrolada... me llegó el otro día el folletito... entre lavadoras y pantallas planas, id a echar un vistazo a la sección electrodomésticos/cuidado corporal... eso sí que es cuidarse.

viernes, 6 de febrero de 2009

Qué rabia me da odiarte

Mira que he congelado tu nombre. Sí, sí, lo he escrito en un papelito y está en algún sitio del congelador. Es raro pero dicen que funciona los de Camera café. Así, entre la coliflor de la dieta y el helado de la postdieta, veré un trozo arrugado de folio, con tu nombre borroso, cuando quizás estés ya en el quinto pino, sin que me afecte tu presencia.

Me gustaría una mañana decirte todo lo que llevo guardado, y odio de ti. Te odio y me odio por odiarte. Me siento débil y vulnerable cuando recuerdo ese viejo papelote frío como tu corazón.

Me odio porque pienso en ti, aunque sea un sentimiento perturbador, porque me recuerdo a lo que una vez fui y no quise volver a ser, porque mi cara no respeta mi intimidad y va proclamando de viva voz mis sentimientos.

Buscaré ese papel, y lo tiraré a la basura. Tu nombre, ni en mi congelador.