Ostras, no sé si alguna vez has tenido esta sensación de que todo se confabula para que recuerdes un episodio concreto de tu vida. En mi caso, se juntaron varios factores:
- Salió una película llamada "el pagafantas" no hace mucho en el cine.
- Mi madre me preguntó la semana pasada por aquel verano en que me fui contenta y vine tan "rara".
- Hoy hablaba de que la tibieza no es un buen sentimiento.
De pronto, pensé en hace ya (ya) unos 18 años. Era verano. Estaba en el pueblo de mis abuelos.
Estaba ese chico de Madrid. El mediano de tres hermanos. Al igual que yo, empezaba segundo de BUP. Éramos una piña. Hablábamos hasta la madrugada. Ibamos juntos a la piscina. Reíamos sin parar.
De pronto, no podía quitármelo de la cabeza. Dejé de comer, de dormir.
Un día se lo dije.
Y me contestó que era su mejor amiga.
Es lo que menos quieres oir, sobre todo con 15 años.
Pero... quedan las largas noches de verano. La primera borrachera. Las trastadas a nuestros hermanos pequeños. Y un largo etcétera que en noches calurosas, como ésta, te ponen una sonrisa en los labios.
Oniromancia
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- ¿Por qué te empeñas en querer ser ciego?
- Para desconocer el color del miedo.
Hace 9 años