lunes, 7 de julio de 2008

Grita!

El ojo humano, por puro instinto, se dirige a la luz. Bernardo Atxaga decía en "Obabakoak" que algo así le pasa a la memoria: Es selectiva por naturaleza. Son aquellos momentos memorables los que recordamos en la vida.

Cuántos gritos quedan ahogados en nuestro interior. Tiempos que hacen anodina nuestra existencia, por no atrevernos a usar la palabra adecuada, por miedo al qué pasará.

El arrepentimiento es el único bálsamo que nos queda para aliviar la falta de ímpetu, de valentía. Pero el problema de la penitencia es que a veces no nos damos cuenta de que el perdón de los demás lo tuvimos hace tiempo, el que nos falta es el de nosotros mismos.

Así que me lo debo. Hoy me concedo el privilegio de gritar. Respiro hondo y me digo a mí misma: "enciende una vela en tu memoria. Hoy, más que nunca, necesitas esa luz brillante que te haga recordar que, de una tarde del 7 de julio, quisiste estar un poco más en paz contigo misma".

2 comentarios:

José Alcaraz, 1983 dijo...

Gracias por tus palabras de aquí y de allá. Que tengas mucha paz y supongas todos los días que estás bien.

(Salud)os!

Benjuí dijo...

Si: a veces pasan eternidades anodinas por pura cobardía.
Otras, en cambio, es como tomar impulso para volver con más fuerza.